El lavado de astillas permite eliminar los cuerpos extraños como piedras y arena del material. Así, el desgaste de las máquinas y herramientas de proceso se reduce sustancialmente y el contenido de silicato en el producto se reduce a favor de la procesabilidad. La penetración uniforme de la humedad favorece la producción homogénea de fibras en el proceso de desfibrado posterior.